Los comentarios publicados en este espacio son exclusivos de mi opinión, pero siéntete libre de dar la tuya, estés de acuerdo conmigo o no.
miércoles, 29 de febrero de 2012
Una cosa negativa VS Diez cosas positivas
Hoy mientras llevaba a mi hijo al colegio comenzó a llover. Primero un poco y luego mucho mas. Mientras caminaba de prisa para que no se mojara, pues olvide la sombrilla en casa., pensé que debería estar acostada, arropada y bien calentita en casa. Y fue entonces que recordé. Ayer mientras estaba en practica en el hospital vi a un pequeñito acostado en su camita, muy arropadito y durmiendo. Se veía tan quieto tan tranquilo. Como cualquier otro niño, descansando. Y sin embargo, tan enfermo. Tiene lo que se llama hidrocefalia, una condición incurable que eventualmente acabara con su corta vida. Y allí estaba él, solito, acostado, tranquilo, durmiendo en paz. Pensé en lo ingratos que somos a veces, deseamos cosas que creemos necesitar y menospreciamos las bendiciones que recibimos día a ida. Este pequeño estaba allí luchando por vivir un día más, queriendo poder salir y mojarse en la lluvia, sentir frío o calor, sentir la brisa entre sus dedos, jugar con el agua de un charco, o solo salir a correr un rato en la calle. Y yo, que estoy sana, tengo un casa segura y cómoda, un hijo sano, un esposo con empleo, una familia que se preocupa por mi, me estoy quejando porque puedo llevar a mi hijo al colegio en un día de lluvia.
Que no darían los padres de un niño enfermo por llevarlos hoy al colegio. Pero lo mas triste fue verlo allí solito, sin nadie que por lo menos velara su sueño. Estuve allí por poco mas de una hora y no vi a nadie acercarse a él. Y sin embargo cuando mi hijo tiene aunque sea un ligero dolor de cabeza hay como mínimo 5 personas cercanas que corren a mimarlo, acariciarlo y ver que todo le vaya bien. Cuento con la bendición del amor de personas maravillosas en mi vida, mientras que este niñito sigue hoy probablemente solo.
Entonces, ¿De que me estoy quejando?, pensé. ¿De la lluvia que moja a mi hijo sano mientras puede ir a jugar libremente con sus amiguitos en el colegio? ¿De la fuerza que tienen mis piernas para caminar por la calle? ¿De los recursos económicos que Dios me brinda para pagar una educación a mi hijo? Ingratos somos que teniendo tantas cosas no nos detenemos día a día dar gracias por ellas.
Hoy mientras se quejan por que llegaron tarde al trabajo, que el transito esta imposible, que la gasolina esta super cara, que sus niños si molestan, que el vecino no los dejo dormir con la bulla, que la comida esta muy cara, que en la cafetería del trabajo nunca hay nada bueno para comer, etc. Pensemos que hay otros que no tienen empleo, que hay otros que no tienen con que pagar 20.00 para el pasaje, ni tienen con qué comprar un vehículo, que hay otros que no pudieron dormir porque no tienen casa, ni cama, que hay otros cuyos hijos no molestan porque están muy enfermos o porque ya no están con ellos, que hay otros que ayer no comieron y que hoy tampoco lo harán, que hay padres que hoy estan desesperados porque no saben que le darán de comer a sus hijos o que llevan días, semanas o meses de rodillas ante una cama de hospital rogando por la sanidad de sus pequeños.
Pensemos un poco antes de quejarnos, porque si nos detenemos a meditar en las cosas buenas que tenemos, encontraremos 10 por cada cosa negativa que hay en nuestras vidas. Oremos para que Dios ponga en nosotros un corazón agradecido.
Fuente de las Fotos:
1.-
2.- http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQXF70eb9fSxVQDnfwwbCVM8el6ypCP5GkjlJUUWk2dFHDnSyRR
3.- http://api.ning.com/files/NJQgc1RKcxgyGfdh08lJagw1kH*0E54nFXJcBCGOG1aH-aryS81-EoU4yNpadfLm49Dh3pefREvQoc0iUshWpH17-pee0yFn/0.jpg?width=480&height=360
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)